jueves, 25 de noviembre de 2010

Dante y el destierro

Tras la lectura de la Commedia mencionaré dos pasajes de la obra acerca del exilio, el destierro, la distancia de la propia patria y comentaré los procedimientos que utiliza el autor:

Los pasajes elegidos de la obra dan cuenta de la preocupación que Dante siente por el futuro de Florencia, a pesar de estar distante de ella. Así, podemos leer en el Canto VI del Infierno:

Tus penas, Ciacco, me conmueven hasta arrancarme lágrimas; pero dime si lo sabes, adónde llegarán los ciudadanos de aquella ciudad dividida; dime si hay algún justo, y la razón de la que haya asaltado tanta discordia.” (Alighieri, 2005, 48)

La división entre gibelinos y güelfos era una cuestión que a Dante tocaba de cerca, por pertenecer él mismo a un bando, el de los güelfos blancos. Asimismo, en el Canto XV, conversando con Brunetto, sin detener el paso de la caminata, Dante le dice a éste:

Si fuese satisfecha mi demanda –le contesté-, no estarías aún desterrado de la humana natura; que en la mente he tenido y tengo aún vuestra querida y buena imagen paterna, cuando en el mundo, algunas veces, me enseñabais la ciencia con que el hombre se eterniza; y cuánto os lo haya agradecido conviene que lo diga mientras vivo, con mis propias palabras. Lo que vos me contáis lo escribo en memoria de la vida que aún me queda por vivir y trataré de explicarlo en otro texto a la mujer que sabrá decirme el motivo de mi viaje cuando a ella llegue. Sólo quiero que sepáis que, mientras mi conciencia no me remuerda, no me espantarán los golpes de fortuna.” (Alighieri, 2005, Canto XV, Pag. 86)

En este pasaje vemos varias cuestiones. Por un lado, a un Dante que demanda, reclama, discrepa acerca de la situación de su pueblo natal, al mismo tiempo que subyace un sentimiento de nostalgia de sus vivencias, de sus maestros. Lo que Brunetto le contó con anterioridad tiene que ver también con las “florentinas bestias” de uno y otro bando que tendrían “hambre” de Dante. Como podemos observar menciona, además, a Beatriz, tras el epíteto de “la mujer que sabrá decirme el motivo de mi viaje”. Por último dice que no le espantarán los golpes de fortuna, y en esto cabe el hecho de que permanece firme en sus convicciones, y continúan latentes sus sentimientos de lucha y patriotismo a pesar de la distancia de la patria dejada.


Ahora veamos un relato argentino o latinoamericano contemporáneo en el que el tema del exilio se encuentra desarrollado ,y un comentario acerca de las similitudes y diferencias con la obra de Dante:

El tópico del destierro en Dante puede compararse con otros autores que, en situaciones similares a éste, escribieron obras en las que expresan de manera más o menos explícita sentimientos similares provocados por la distancia de la patria amada, de su pueblo natal. En esta ocasión, la asimilación se presenta con el autor latinoamericano José Martí. La primera similitud entre Dante y este último radica en el hecho de abandonar repentinamente el espacio propio. Dante-autor comenzó su errancia hacia tierras nuevas sin regresar jamás a su Florencia natal. Por su parte, José Martí, es un cubano que luchó incansablemente por la libertad de su país, y deportado de este lugar se radicó en diferentes lugares, tales como Madrid, New York, entre otros. Estos hechos políticos sucedidos en la vida de los autores provocaron un efecto reflexivo interno en el cual surgieron preguntas y se acumularon sentimientos de impotencia que fueron liberados subyacentemente de la manera que ellos conocen, a través de las letras. Salvando las distancias temporales, encontramos a dos autores unidos por sentimientos nostálgicos hacia la tierra dejada, unidos (siempre a través del recuerdo) a personas que nunca más volvieron a ver. Hablamos de diferentes amores, Martí escribe a su hijo Ismael, en Ismaelillo, y a su hija María en su carta A Mi María. Por su parte, Dante dedica extensos versos a su amada Beatriz, ya desde el Convivio, que si bien se trata un amor totalmente diferente al de Martí, salen a flote en ambos casos la esperanza y el sentido de la vida, a través del sentido didáctico de sus obras. Sabemos que La Divina Comedia en toda su extensión es el camino de regreso de Dante hacia la luz, ejemplificando el camino que él considera correcto para alcanzar el conocimiento y la salvación. En Martí, la sabiduría y los consejos para tomar un buen camino en la vida son plasmados y dedicados a los destinatarios de las obras mencionadas, es decir, a los hijos del autor. Aquí vemos los sentimientos martinianos de impotencia, durante su errancia:

“¿A quién envuelve / con sus suaves
alas nubosas / mi amor errante?” (Martí, 1965, 36)

Mientras tanto, el lado revolucionario e ideológico no pierde protagonismo en él, y expresa impotencia en estos versos que siguen a los anteriores:

“¡Libres de esclavos / cielos y mares
por nadie puedo / verter mi sangre!”(Ibíd.)

Quedan claros aquí sus deseos de libertar a Cuba, y la impotencia de no poder hacerlo desde el destierro, y quizás quedan también sus deseos de trascendencia.


Tras la lectura del texto de Rosalba Campra “Exilios” mostraré algunas cuestiones comunes con la Commedia (La cuestión política, las relaciones entre destierro y escritura entre otras):

En el texto de Rosalba Campra podemos advertir que la escritura varía desde el destierro, que el escritor debe recontextualizar sus escritos y pensar nuevos receptores:
En este momento, el espacio que se posee es solamente el del exilio. Las condiciones de la escritura han cambiado. El autor debe preguntarse quiénes son sus destinatarios, dónde están… estrecharse a una realidad armada con recuerdos y no ya con experiencias. ¿Cómo hablar, para quién, de qué?” (Campra, 1987, 92)

Ahora cabe establecer cuestiones comunes entre Ismaelillo y La Divina Comedia con respecto a la realidad armada con recuerdos, como menciona la autora. En el poema “Musa Traviesa” en la obra de Martí observamos:

“De mis sueños desciendo, / volando vanse,
Y en el papel amarillo / cuento el viaje.
(…) y cual si el monte alegre, / queriendo holgarse,
Al alba enamorando / con voces ágiles
(…) así, al alba del alma / regocijándose,
Mi espíritu encendido / me echa a raudales
Por las mejillas secas / lágrimas suaves. (Martí, 1965; 22-23)

En estos versos notamos un recurso utilizado por Dante a lo largo de toda su obra, la comparación. En ella Martí esboza el sentimiento que le provoca el recuerdo de su hijo: son lágrimas que corren por sus mejillas cuando se despierta, que se transforman en las palabras que plasma en sus versos.
En Dante vimos al principio unos versos que relataban:

“Tus penas, Ciacco, me conmueven hasta arrancarme lágrimas…” (2005, 48)

Esas lágrimas brotan del recuerdo que el autor tiene de lo vivido en su Florencia querida, es mezcla de pena e impotencia, ya que Dante, vivo, no puede regresar a cambiar la realidad de su pueblo. Junto con Martí, a Dante sólo le resulta factible expresar con palabras, por razones de fuerza mayor, sus sentimientos, deseos y recuerdos, en detrimento de su accionar y su participación para la liberación o mejoramiento aquel lugar que fue su cuna.


Bibliografía

- Alighieri, Dante (2005): La Divina Comedia. Bs. As. Ed. Terramar.
- Campra, Rosalba (1987): “Exilios” en América Latina: La identidad y la máscara” México, Siglo XXI Editores.
- Martí, José (1965): Ismaelillo. Bs. As. Ed. Culturama.

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