Un viernes como hoy, pero hace 40 años, estaba en su casa de Santa Cruz casi Santa Catalina. Hacía un día que había ido a visitar a una prima que había estado internada, y ésta le preguntó:
- ¿y vos, para cuando?
Mi mamá le dijo que ya tenía fecha pero que todavía no pasaba nada. El viernes a la mañana, de repente empezó a sentir contracciones y como eran cada vez más fuertes le pidió al marido que la acompañe al hospital. El colectivo 9, que hoy no existe más en Posadas, era el que la llevaría al Madariaga. Como no venía, decidieron tomar otro colectivo que los dejara más cerca, por Uruguay. Allí, nuevamente no venía el colectivo así que, como las contracciones seguían aumentando, decidieron tomar un remis, el cual fue tan inteligente de dejarlos en el portón de López Torres, desde donde mi mamá, a punto de dar a luz, tuvo que caminar 400 metros y subir dos pisos hasta Maternidad.
Una vez allí le dijeron que espere en una camilla en una habitación que le asignaron, al lado había otra mujer que con un trabajo de parto más fuerte gritaba:
- Ay mamáaaa, mamáaa!!
y la enfermera le contestó:
- Para hacer al bebé no la llamaste a tu mamá, y ahora gritás "mamá".
Mientras, mi mamá le mandó a su marido a comprar el algodón que se había olvidado, y como en aquella época era un producto escaso, tardó bastante. Entonces, ella llamó a la enfermera nuevamente para decirle que ya venía la nena, que si la podían atender, a lo que la enfermera le preguntó:
- ¿cuántos hijos tenés?
- Es la primera.- Contestó mamá.
- ¿Entonces cómo sabés que ya viene?.- Insistió la otra mujer.
Al momento, la enfermera le levantó el camisón y vio que ya estaba saliendo la cabeza de la bebé.
Entonces, la atendieron rápido, llevándola a la sala de parto, donde no llegaron a cambiarla de camilla porque la nena ya quería llegar sin más demoras a este mundo.
Dice mamá que cuando el marido volvió de irse a comprar el algodón, ella ya estaba con su hija en brazos ¡Había escasez de algodón!
Esa nena hoy cumple 40 años, y es una de las personas más especiales en mi vida, mi hermana mayor, a quien amo y extraño con el corazón. Y sólo espero que la vida nos regale 40 años más para seguir compartiendo hermosos momentos de abrazos, mates y charlas.