sábado, 16 de abril de 2011

sueños y silencios... profundos

No estoy tan segura de estar en esta vida, antes lo estaba. Hace unos años, cuando era adolescente y estaba llena de sueños y deseos. Pero ahora, las cosas que deberían doler, no duelen. Lo que me debería sorprender, no me sorprende. ¿Por qué le tengo tanto miedo a lo bueno? tal vez porque no se si será bueno. ¿Por qué me aferro a lo que me hace mal? tal vez porque me gusta sufrir, porque tal vez el dolor me hace sentir que estoy viva.
Podría enamorarme si quisiera, en mi cuarto de siglo sé un poco más de mi, de cómo crearme expectativas, de las cosas que me ilusionan. Pero en este tiempo también aprendí a definir fácilmente lo que no quiero. Eso es más fácil, y nos gusta lo fácil, nos gusta nuestra comodidad, el camino más corto a todo.
No es que las cosas no me importen, no es que no me duela dejarlo ir, es que estoy bloqueada tratando de decidir, tratando de hacer cosas de las que no me arrepienta, como por ejemplo lo que escriba acá. Lo paradójico es que mañana puedo pensar otra cosa y escribir lo mismo, o escribir diferente pero pensando igual.
Eso no lo sé ni yo misma. ¿qué puedo exigir de los demás? no debo exigir a los demás. No debo exigirme ni a mí misma al punto en el que lo hago en estos momentos. Sólo trato de no perder de vista lo que más o menos proyecté a corto plazo para mi futuro, establecí las prioridades, y me olvidé un poco de disfrutar y sentir. Pero no fui sólo yo, fuimos los dos, ninguno sabe cómo hacer, y no hacemos nada, que también es una forma de respuesta. No hacemos nada porque no queremos, porque no podemos, porque no nos interesa, porque no tenemos tiempo, ¿por qué?
Seguimos repitiendo la misma historia desde hace años, y hoy nos frustramos ambos, la pasamos mal ambos, qué queremos hacer, hasta dónde vamos a llegar así, tantas incompatibilidades limadas, superadas, y al final decir que estamos frustrados y que dejamos de ser nosotros mismos. Recuperar personalidad y personas que dejamos de lado para llevar adelante nuestra relación ¿implica separarnos? ¿estamos dispuestos a tomar al egoísmo por las astas y dominarlo? ¿hasta a dónde nos importamos? ¿hasta dónde me juego por alguien y cómo sé que hago bien al jugar de tal o cual manera? maldito azar, ¿a qué estamos jugando? no quiero dejar pasar más tiempo, ya nos conocemos, y en realidad no cambiamos mucho. Tiempo invertido o tiempo perdido, no importa, fue tiempo aprendido.



No hay comentarios: